
29 de mayo del año 2019.
HACED DE
VUESTROS HOGARES FORTINES ESPIRITUALES, DONDE LA ORACIÓN MANTENGA ENCENDIDA EN
VOSOTROS LA LLAMA DE LA FE, LA ESPERANZA Y EL AMOR.
Mensaje
de la Madre de Jesús dado a María Rocío.
29/05/19 (Asunción-Paraguay)
29/05/19 (Asunción-Paraguay)
Hijitos de mi inmaculado corazón la
humanidad está sumergida en un estado de inconciencia espiritual; en
donde el temor santo a Dios, que debe ser el emblema con el cual os movéis en
el mundo, está siendo arrasado por el desenfreno que el hombre se permite, haciendo del pecado una costumbre de
vida.
Pequeños míos, espíritus de impureza y
violencia están llegando a tocar el corazón de los niños, que desde muy
temprana edad se encuentran en pecado mortal. Recordad Padres de familia la
responsabilidad espiritual que tenéis sobre vuestros retoños; los
hogares se han vuelto dormitorios temporales donde papá y mamá dejan a cargo de
la tecnología la educación de sus hijos, aquellos que carentes de
afecto, tiempo y valores morales, vuelcan sus vacíos, ansiedades y emociones
internas en aquello que pervierte y
violenta su inocencia desde temprana edad.

Jóvenes que desde pequeños no aprendieron
la importancia de los sacramentos en la vida familiar cristiana se
convierten en adultos disminuidos en gracias espirituales para hacerle frente a
las ocasiones de pecado que el mal les propone para mantener cautivas sus
almas, pues al no tener conocimiento de la misericordia y amor de Dios,
adquieren como hábito vivir en pecado.
Hijitos, vosotros no tenéis idea de las
huellas profundas de amor que dejáis en el corazón de vuestros hijos;
cuando ven a un padre o madre de familia doblar rodilla pidiendo a Dios que lo
sostenga y acompañe en alguna dificultad que se presenta; eso pequeños míos
queda gravado en el corazón de vuestros hijos como un sello de amor indeleble
que se traducirá en gracias del cielo, para que cuando lleguen a la adultez
sepan acudir con humildad a la presencia de Dios, elevando plegarias de un
corazón que fue educado en la fe desde el seno familiar.
Inculcad
a vuestros hijos los valores espirituales de la sana doctrina cristiana El amor
a Dios, el amor al prójimo, la esperanza, la caridad, la paciencia, la
prudencia, la humildad. Toda virtud
que sembréis en ellos, serán herramientas de amor con las que ellos han
de luchar en medio de las adversidades del mundo, distinguiéndose como hijos de
Dios.
Mi adversario tiene como objetivo principal atacar y disolver las
familias unidas en el sacramento matrimonial. Espíritus de adulterio,
fornicación y demás impurezas de la carne están llevando a muchos a la
perdición del alma, haciendo que rompáis vuestros votos de fidelidad a
Dios, aquellos que habéis hecho el día que os presentasteis ante su altar para
pedir bendiga vuestra unión en el sacramento del matrimonio.
La corriente mundana del libre
pensamiento y mente abierta lleva a muchos a aceptar ideologías contrarias a la
fe, en la cual el hombre carente de espiritualidad es arrastrado en ese
remolino de oscuridad que nubla los ojos del alma para que ésta pueda obrar y
aceptar el amor de Dios, ciñéndose a sus preceptos.
¡No!, ¡No! hijitos
rebeldes, vosotros no podéis seguir permitiendo que el mal arrase con los
valores morales, sociales y espirituales que son fuentes de gracias y bendición para
vuestras almas y la de vuestros hijos; por sobre todo no podéis permitir que el
mal cubra con sus tinieblas demoniacas el santo temor a Dios que debe ser el
motor de vuestros corazones.
Os pido más oración y menos tecnología en
vuestros hogares, retomad los sacramentos en vuestras vidas y
evangelizad con los preceptos divinos a vuestros retoños; haced de la oración
vuestro pan de cada día para que la fe os mantenga unidos en el amor de Dios.
Como corredentora de las gracias
del cielo os doy mi auxilio y protección maternal.
Os amo, os bendigo; Mamá María.
a
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