MINISTROS
DE MI SANTA IGLESIA, OS LLAMO A RETOMAR EL CAMINO ANGOSTO QUE OS CONDUCIRÁ A LA
SALVACIÓN ETERNA.
Mensaje de Jesús dado a María Rocío.
30/05/19 (Asunción-Paraguay)
Hijos míos, a vosotros que sois mi resto
fiel os pido oración, ayuno y penitencia por mis sacerdotes y los
jerarcas de mi santa iglesia, os pido
elevéis clamores al cielo porque el mal ha llegado a infiltrarse en los
corazones de mis hijos predilectos, buscando la caída de mis
consagrados por el ministerio sacerdotal que les he conferido.
La
hecatombe espiritual por la que atraviesa mi iglesia, se ha acrecentado
con la masonería que extendió sus tentáculos demoníacos, contaminando a mis
sacerdotes que se han dejado seducir por la nueva era. En muchas de mis casas hay sacerdotes que propagan y promueven
prácticas como el reiki, el yoga,el fensui, la acupuntura; la homeopatía, la
iriologia, terapia de vidas pasadas, terapia del ángel, la psicotrónica, la
cirugía psíquica, la naturopatía y demás técnicas ocultistas, haciendo pasar
como si esto fuera divino.
Volvéis
a llevar camino al calvario a mi sagrado corazón cuando en mis templos,
estando yo presente en mis tabernáculos permitís la celebración de espectáculos
y fiestas que no son de la vida religiosa. Nadie se levanta, todos callan más
os digo que ese silencio os hace reos de culpas siendo una afrenta a mi
santidad y divinidad.
Muchos de mis predilectos celebran el
santo sacrificio diario y ya no creen en mi presencia real en la sagrada
eucaristía; celebran los oficios diarios como un acto protocolar y
simbólico, negando con ello el misterio divino de la transubstanciación del pan
y vino. Invierten tiempo en la tecnología corruptora de corazones, olvidándose
de que el sacramento de la reconciliación, conferida en sus manos
sacerdotales, libera las almas de mis hijos de las garras del mal y que con
sólo una confesión sacramental que ofrezcan al cielo, están llevando a mi
pueblo a la santidad. Olvidan que la misión que tienen en la
tierra es rescatar almas para mi rebaño y guiar a mi resto fiel.

Oh pastores infieles de mi santa iglesia,
enderezad vuestro caminar, debéis arrepentiros y reparar antes de que
lleguéis a la eternidad, donde el peso de mi justicia os pedirá cuentas de las
aberraciones que habéis cometido en ejercicio de vuestro ministerio. Recapacitad
y no pequéis más; limpiad vuestras almas de toda impureza que os
encadena al pecado y a la desobediencia; no hagáis llorar más al cielo.
A
todo mi clero os digo: Elevad al cielo el clamor de vuestro
arrepentimiento sincero con un propósito firme de enmienda para que la
sabiduría y luz de mi Santo Espíritu
encamine a mi iglesia y a mis pastores por el camino de la salvación eterna.
Yo
Jesús, Sumo Sacerdote os hablo.
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